El BDSM es tan antiguo como el mundo
Por Lara Vels, el 21/03/2022

Es muy posible que la mayoría de la gente considere el Kama Sutra, escrito entre el II y IV de nuestra era, como el documento más antiguo de prácticas sexuales relacionadas con el placer y el dolor. Pero ya en la Mesopotamia del siglo V a de C, se recrearon escenas sexuales de ese tipo. Esto es lo sabemos porque ha quedado constancia, pero cabe pensar que este tipo de prácticas se han llevado a cabo desde que el mundo es mundo.
No es hasta el siglo XV cuando de nuevo se tiene conocimiento documentado de ciertos burdeles que se hicieron muy populares por castigar y flagelar a los sumisos caballeros que los visitaban.
Otro salto hasta el siglo XIX. En 1886 se acuñó el término sadomasoquismo, en el libro Psychopathia Sexualis de Richard Freiherr von Krafft-Ebing, una combinación de los nombres del Marqués de Sade y von Sacher-Masoch. Dos personajes controvertidos.
El Marqués de Sade, nacido en 1740, escribió varias obras con escenas de sexo muy explícito y violento, en las que con frecuencia incluía a monjas, curas, prostitutas y adolescentes. Este continuo desafío molestó a la Iglesia, que consiguió que lo encerraran en el manicomio durante más de 30 años. Él mismo llevaba a cabo muchas de las prácticas sobre las que escribía. Se convirtió en un autor prohibido cuyas obras llegaban al público de contrabando. El término sadismo proviene de sus prácticas sexuales, en las que una persona que obtiene placer sexual provocando dolor a otros.
Leopold Ritter von Sacher-Masoch, nacido en 1836, es el responsable de la existencia del término masoquismo, que define al hecho de encontrar placer recibiendo dolor. Al igual que el Marqués de Sade, escribía sus fantasías y las ponía en práctica. Su libro la Venus de las Pieles supuso un verdadero escándalo, en el que se describían escenas con azotes, humillaciones y aparecía incluso la firma de un contrato para convertirse en esclavo.
Después, la aparición de la fotografía y el cine popularizaron escenas sexuales que describían azotes, sumisión o humillaciones.
Ni la vida ni el sexo son como el cine, ni como la de ciertos personajes que salen de la media habitual de los demás, pero seguramente todos ellos proporcionan una cierta inspiración.
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