Día de junta de vecinos

Por Salado, el 05/04/2016

Día de junta de vecinos

Martes.

Día de junta de vecinos.

Tengo que dejar la timidez a un lado. No puede ser que cada vez que estoy delante de una tía que esta buena, o me interesa por cualquier motivo, no sea capaz de dar pie con bola.

Hoy me he encontrado con mi vecina Angela otra vez, en la reunión de vecinos, y de nuevo no he sido capaz de decir nada, no ya inteligente, ni siquiera mínimamente inteligente o que tenga alguna gracia. Está buena la hijadeputa. Buena hasta pegar gritos. No sé cuantas pajas me he hecho después de cruzarme con ella. Incontables. Y estoy seguro de que lo sabe porque a veces me mira divertida, otras aparta la mirada avergonzada o tal vez un poco harta de que todos la miremos como un magnífico pedazo de carne. Pero ella va de eso. Si vale, se pondrá esos vestidos o esas blusas para sentirse bien y tal y tal. Una polla!! Hoy llevaba unos vaqueros muy cortos, no como los que lleva otras veces con media nalga fuera, pero tampoco daban para imaginar mucho, la verdad. Ha venido con una camisa informal, muy grande, recogida con un nudo. Se pone así porque sabe que está buena y que nos lleva a todos por la calle de la amargura.

La junta lo de siempre, quejas, gritos y chorradas, hasta que Angela se ha acercado y nos hemos dicho hola, ha comenzado ha hablarme al oído y me estaba poniendo como una moto, la camisa hacía un escote enorme y le estaba viendo todas las tetas. Y para más jodienda con sus labios acariciandores contándome trivialidades sobre la junta y poniendo a parir a  nuestra vecina de planta. Tras varios comentarios acercándome a su cuello, ella parece que también ha reaccionado. No sé si ha sido por ver mis gestos y algún estremecimiento o por que ella misma estaba notando mi presencia de una forma diferente a la habitual. Se ha quedado mirándome fijamente a los ojos, entreabiendo los labios de esa forma tan graciosa que lo hace, y Ramón el del estanco se ha dado cuenta de todo. En cualquier caso me ha pedido que la llame Angie, ha deslizado su mano por mi antebrazo, como quien no quiere la cosa, me ha cogido de la mano un breve instante y me ha dicho ¡que si puede acercarse a mi casa cuando acabe la reunión! ¡He flipado! Me ha faltado tiempo para decirle que sí. Y la sonrisa de imbécil o la cara de bobainas que se me ha quedado debe ser gloriosa, por la risita que ha soltado ella. ¡Madre mía!

Lo que ha ocurrido inmediatamente después es que ha sonado el móvil y veo un mensaje con una urgencia. Tengo que ir sí o sí. Le muestro el mensaje con cara de cordero degollado y su sonrisa comprensica me consuela. Se acerca de nuevo, ha dicho que nos veríamos más tarde, rozándome con sus labios y me ha estampado un beso en la mejilla al lado de la oreja. No me he corrido allí mismo porque dios no ha querido, pero el empalme que llevaba era notable. Salí volando esperando que nadie se diese cuenta.

La cosa se ha alargado y no tenía su móvil a mano. Cuando he vuelto a casa eran más de las 11. Me he acercado a su puerta, con la intención de llamar, pero el sentido común, la imbecilidad o lo que sea me ha frenado. Pegué la oreja para escuchar, no se oía nada y no me ha parecido oportuno darle lata a esas horas.  O eso me he dicho a mi mismo. Acojonado de mierda. En fin que me he dado la vuelta, le he enviado un mensaje y escribo estas lineas antes de irme a dormir. Ahroa cae otra paja seguro. Una homenaje. Esta irá dedicada.


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