Las mejores amigas

Por TuLady, el 28/02/2019

Las mejores amigas

"Que seáis tan buenas amigas como nosotros lo somos". Eso digo Carlos en plan picarón, imaginando la que nos habían preparado él y su amigo Fran. Después de cenar, con el vino y las copas, llevábamos todos una alegría considerable en el cuerpo. Tan a gusto y tan a nuestro rollo que parecía que la otra pareja ni estaba. Pero ellos ya habían pensado un plan para nosotras. En un momento dado nos acercaron en modo, a ver cómo se lo pasan de bien dos chicas guapas. Todo un clásico, un topicazo de manual.

Y mira por dónde, Ana y yo, con la tontería, empezamos a seguir el rollo y darlo todo. Su boca en la mía, piel contra piel, desinhibidas mientras nuestros chicos se ponían como una moto. Ni en sus mejores sueños se habían imaginado algo así, me juego una mano. Mientras nosotras nos enrollábamos literalmente, ellos se fueron acercando para participar en el juego. Imagino que también lo habían pensado, o tal vez por pura compenetración, pero lo cierto es que mientras Ana y yo nos poníamos en plan 69, mi chico fue el que se acercó a ella y el suyo a mí. Con la sana intención de penetrarnos cambiando de pareja. 

La velada fue una pasada, lo pasamos realmente bien. Y sin ningún tipo de incomodidad por parte de nadie. Ni por la aparición de otra chica, ni por el intercambio de hombres. Es lo que tiene tener una mente abierta. Mi chico estaba muy orgulloso de mí, feliz de que todo hubiera salido así de bien. Lo que no imaginaba, ni él ni su amigo es que yo no me podía quitar de la cabeza el sabor y el tacto del cuerpo de Ana. Con la mayor naturalidad le había pedido su teléfono. No tardé en llamarla. Después de todo mi chico quería que fuéramos tan amigas como lo eran ellos. Quedamos a la salida de su trabajo un jueves y allí mismo comprobé que algo se había encendido también en ella. 

Repetimos de nuevo a los dos días, un sábado por la tarde para ir de compras, antes de quedar a cenar con los chicos. Llegamos exultantes al restaurante. Mi chico y el suyo felices de ver lo mucho que habíamos congeniado. Lo que no podían ni imaginar era que nuestra tarde de compras no había sido seguramente como habían pensado. A nadie le extraña ver a dos chicas riendo, bromeando en actitud cariñosa, entrando juntas en un probrador y perder un buen rato decidiendo modelitos. Seguramente nadie imagina que esas dos chicas, se arrancan la ropa, se besan. Se devoran literalmente. Dos chicas que a la mínima se sientan juntas, se tocan de manera aparentemente inocente pero con toda la intención del mundo.

Qué alegría me da que te lleves tan bien con Ana cariño, que lo paséis tan bien, me dijo mi chico. Ni te lo imaginas amor, ni te lo imaginas.. es un encanto y además sabes que me gusta complacerte. Tú querías que nos hiciéramos buenas amigas,¿no? dije mientras le guiñaba un ojo a Ana. Sonreí pensando que tal vez ellos también se iban juntos de compras... 


0 Comentarios