Fiesta fin de verano
Por TuLady, el 21/02/2019

Llevo un par de meses saliendo con un chico, justo desde antes del verano. Al volver de las vacaciones me propuso quedar con unos amigos. Me pareció buena idea, nosotros, dos parejas más y un chico solo, así es que pensamos en ir al chalet de sus padres a comer o cenar, sol, piscina, un rato de relax y jugar a cualquier cosa. Cuando mi chico dijo jugar entendí que sería a las cartas o algo parecido, pero me tenía preparada una sorpresa. Después de cenar y haber tomado unas copas en el jardín, sacaron unos dados, para ver quien era la elegida. A la máxima puntuación y me toca justamente a mí. Bueno pues nada, a ver qué he ganado.
Vienen las dos chicas y me tapan los ojos. Me dicen que me desnude. Ya casi estaba desnuda porque llevaba un bikini mínimo. Me da la risa, una parte mía y la otra producto del alcohol. Noto que me desplazan ligeramente y me piden que me quede de rodillas. Por un momento creo que me han dejado sola. A los pocos minutos noto como me tocan las tetas, me estiran los pezones, me acarician el pelo, rodean mi boca con un dedo forzándome a abrirla un poco más. Lo siguiente es que me quitan la venda de los ojos. Estoy rodeada por los chicos, incluído el mío, que están masturbándose.
Me piden que sin cambiar de postura me de la vuelta. Las otras dos chicas están desnudas también, se están comiendo la boca, se restriegan las tetas y una acaricia el clítoris de la otra. Primero están en la misma postura que yo, luego se retuercen en el suelo y se ponen en posición del 69. Ya alcanzó a ver poco más, porque me ponen otra vez de espaldas a la escena mientras ellos quedan justo enfrente y me meten las tres pollas en la boca. Apenas consigo respirar y tragar pero percibo los jadeos de las chicas que por lo visto siguen chupándose los coños mutuamente.
Alzo la cabeza para ver a los chicos, que alternan su mirada entre el espectáculo que tienen ante sus ojos y mirar su polla en mi boca. Mi chico me guiña un ojo mientras lo hace. Y yo tan natural como si fuera lo más normal del mundo encontrarte en pelotas, en medio de un jardín con dos tías comiéndose el coño mientras tres tíos incluído tu novio te meten la polla hasta la garganta...
¿Y dónde está el otro? pensaba mientras luchaba por no ahogarme. No tardó mucho en aparecer, se puso detrás de mí mientras me tocaba las tetas y el clítoris. Manos fuertes, calientes, suaves y muy habilidosas. Me excitaba pensar que tenía delante a mi novio y a otro tío tocandome a su antojo. Apenas oía más que los jadeos de los chicos y al que tenía detrás restregándose contra mi espalda. ¿No pensaba hacer nada más? De repente los chicos sacaron sus pollas y se corrieron cubriendo toda mi cara y mi pecho.
El que tenía detrás aprovechó para ponerme a cuatro patas y penetrarme desde atrás dándole caña a mi clítoris. Llegó el primer orgasmo, y nuevamente el semen esta vez por la espalda. Estaba empapada. Uno de los chicos se dirigió a las mujeres que ya se habían corrido y estaban mirando la escena desde el suelo y les dijo, ocupaos de ella. Ella era yo.
Se acercaron a mí cariñosas y me tumbaron suavemente en el suelo. Comenzaron a besarme una desde la cara y la otra desde los pies, suavemente deslizaron sus lenguas por mis miembros. Una pasó por mis pechos, mi ombligo, la otra por la cara interior de mis muslos, la cadera, para coincidir en mi coño. Después las dos continuaron hacia la parte de arriba, donde había caído todo el semen y lamieron con esmero lo que quedaba de la corrida de los chicos.
Eficientes, me dejaron limpia, con la piel de gallina por el roce de sus labios en mi piel. Volvieron a bajar por mis pezones, una a cada lado hasta el ombligo. Me entreabrieron un poco más las piernas y con sus lenguas ardientes comenzaron a disputarse mi coño de nuevo. Lamían, estiraban, enredaban sus lenguas de nuevo arrodilladas a cuatro patas una a cada lado de mi cuerpo. Mientras los hombres volvieron a aparecen en mi campo de visión. Ahora se las iban a follar a ellas mientras se ocupaban de mí.
Ahora el espectáculo éramos las tres. Ellas comiéndome el coño y yo dejándome hacer. Se aproximaron con decisión, ¿cómo lo iban a hacer, de dos en dos? di un respingo, enloquecida de placer. Eso solo lo había visto en las películas, nunca en vivo. Ellas comenzaron a comerse de nuevo la boca enredando sus lenguas a escasos centímetros de mi clítoris duro y reventón. Y ellos como locos y con una tremenda erección comenzaron a penetrarlas. Ellas se miraban pícaramente lo que me excitaba mucho más. Estaba tan estimulada viendo esas lenguas, a esos tíos follandoselas de dos en dos, imaginando sus penes rozándose, que me corrí soltando un alarido brutal.
Los tíos tardaron muy poco en hacerlo también. Otra vez se corrieron sobre mí. Tendida en el suelo estaba cubierta de semen, saliva, flujos y muerta de gusto. Se sentaron todos alrededor mío, con sonrisas cómplices, ahora entendía lo de los dados y a ver quién tenía la suerte de que le tocaran.
Mi chico vino a besarme, su lengua cálida y juguetona recorrió mi boca entera. Lo has hecho muy bien nena, me dijo, ya les dije a mis amigos que eras una chica muy sociable. Y a mí ellos me habían parecido encantadores...
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