Dani. El golfo de las buenas juergas
Por Bichito, el 31/08/2017

Esa noche acudí al bar nuevo. Allí estaba Dani, un golfo adorable. Me lo había follado unas cuantas veces y aunque no paraba de ligar, se las apañaba para estar siempre disponible, y sobre todo no pedía explicaciones, nada de celos, mensajes de whatsapp, ni ataques de melancolía.
Estaba hablando con un cliente, y al acercarme me lo presentó como un amigo. Yo estaba salida como una perra y la posibilidad de tener dos rabos, uno conocido y una novedad me excitó aún más. Así es que sin ningún esfuerzo me los llevé a casa. Dani me conocía un poco y sin complicarse mucho me arrancó las bragas y me sentó en la mesa del comedor. Comenzó a comerme el coño. Era buenísimo el tío, siempre le decía de coña que estaba perdiendo dinero como camarero..
Empecé a hablar de forma calentona con los dos. Le dije a su amigo que se aplicara un poco y que hiciera algo, que el polvo no le iba a salir gratis. Me dejo hacer cualquier cosa, cualquiera, pero tengo una norma: yo me corro primero, a partir de ahí negociamos lo que sea. Y con un gesto entre picantón y mandón le ordene que me chupara las tetas. No tan bueno como Dani en estas labores, pero le disculpaba no conocerme tanto como él. Estiré un brazo para comprobar cómo iba su erección y la cosa prometía. Me concentré en lo mío, mientras Dani me lamía y relamía, rodeando mi clítoris, atacandolo de frente y ajustando el ritmo hasta que me corrí en su boca, mientras me notaba empapada hasta la espalda. Orgasmo marca Dani, por eso me gusta tanto divertirme con él.
Ahora me tocaba a mí, y como soy agradecida y mujer de palabra, les dije que qué tal los dos a la vez para no hacerles esperar... ya de pie les agarré la polla a los dos a la vez, jugando en plan a ver quien la tiene más dura. Dani se reía, nos reíamos mucho cada vez que follábamos, y solo me dijo que ahora mismo me enseñaban lo dura que la tenían. Me tumbó de costado en la mesa y le dije picarona que eligieran ellos mismos que para eso eran amigos.
Y allá fueron. Tenía el coño ardiente, empapado de mí misma y de el trabajo de Dani, se había esmerado tanto que me había mojado hasta el culo. Me dieron los dos a la vez, Dani por el culo, su amigo el coño. Yo medio ladeada los observaba picarona. Estaban muy buenos los dos, y lo estabamos pasando muy bien... se corrieron enseguida, llenándome el pubis y las nalgas de semen caliente. Dani me dió un beso breve en el hombro y como sabe que no me gusta el romanticismo se empezó a vestir para irse. Me levanté, los agarre de la polla con un ligero apretón diciéndoles picarona que ya sabían donde podían encontrarme para follarme. Dani sonrió, ya sabía que la que elegía y decidía siempre era yo, aunque él siempre podía. Los acompañé desnuda hasta la puerta con su semen chorreando por mi cuerpo. Cerré, me tumbé en el sofá con una coca cola y comencé a hacerme una paja...
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