Follé con mi profesor

Por Monroe, el 05/05/2016

Tengo un profesor que está en esa edad cercana a los 40. Un tipo tranquilo, callado y muy sexy. Hay personas que con tan solo moverse transpiran sexualidad. Huelen a sexo. La relación entre mi profesor y yo era la de cualquiera entre alumno-maestro. Hablo poco, por eso pasaba desapercibida en sus clases, o eso creía yo.

Un día tuve que ir a su oficina por un examen, había faltado a clase. Fue muy amable, me senté mientras buscaba entre algunos papeles mi prueba y fue imposible no pensar en él teniendo sexo conmigo. Si yo fuera un hombre, habría tenido una erección justo en ese instante. Sus manos, su olor, su voz, su piel…Todo, todo me excitaba del profesor al que siempre imaginaba desnudo en clase.

Pero, mi fantasía no podía terminar allí, a medias, idealizando lo que pudo haber pasado. Entonces lo invité a un café, pero fuera de la universidad, el fin de semana. Se sorprendió un poco, pero aceptó. Era básicamente una cita y ambos lo sabíamos. Fuimos a un lugar bastante agradable y con poca gente alrededor, hablamos de todo, la verdad poco me interesaban sus argumentos sociológicos sobre política, yo estaba allí porque me sentía demasiado atraída. Porque quería algo.

Tenía tantas ganas de una aventura con él, que decidí proponerle ir a mi apartamento a tomar algo. Aceptó, llegamos a mi casa y me preocupaba que no diera el primer paso porque yo había sido demasiado evidente con la propuesta.

Entonces me decidí a besarlo, la idea distante de que algo puede no ser correcto, me excitaba. Era un hombre precario en esos actos terrenales que implica el sexo, parecía un principiante mientras le bajaba para hacerle una felación. Lo tuve allí, en mi lengua, en mi garganta, en mi gusto, mientras gemía desde las ganas por follar.  

Tuvimos sexo toda la noche, me atrevería a decir que mi profesor llevaba meses sin tenerlo. Yo fui su maestra en la cama, le enseñé a quitarse la venda y a dejarse llevar por el placer y por el morbo. Mis ganas de no dejarlo en la imaginación me evitaron masturbarme pensando en él, y ahora tenemos sexo cuando queremos.