No seas histérica... o si

Por RedLips, el 30/04/2016

No seas histérica... o si

No siempre el vibrador se ha considerado un juguete sexual. Durante unos cincuenta años fue considerado un instrumento necesario para que cada mujer de forma particular y sin acudir al médico consiguiera aliviar su histeria. El término ya se conocía desde la antiguedad. Con matices se describía como estados de irritabilidad en algunas mujeres, casi siempre solteras, viudas o religiosas a quienes no se podía recomendar el sexo como terapia, a pesar de lo cual no se relacionaba con el placer sexual: se creía que era algún trastorno del útero, un problema de salud que afectaba gravemente al caracter. Ya en la Edad Media, las comadronas se encargaban de realizar masajes con los dedos impregnados en aceite, para producir el orgasmo a la mujer y aliviar ese estado de ansiedad.

En el siglo XIX se produce un aumento importante en el número de casos, o de los conocidos, ya que en esa época Freud que puso de moda el término. La cuestión es que cualquier estado de irritabilidad o ansiedad se consideraba un síntoma y las mujeres acudían al médico a recibir un masaje relajante que les llevaba al llamado "paroxismo histérico", un orgasmo que las dejaba como nuevas.

Estos casos eran fuente fácil y abundante de ingresos para los médicos. La única pega es que se tenía que emplear mucho esfuerzo y tiempo, y si se derivaban a las comadronas se ganaba tiempo pero se perdía dinero. Así es que la solución era diseñar un aparato que hiciera lo mismo que el médico pero de forma mecánica. Joseph Mortimer Granville patentó en 1880 el primer vibrador electro-mecánico con forma fálica, un cacharro un tanto aparatoso, pero que fue todo un éxito, ya que lograba “aliviar” a las pacientes en menos de diez minutos.

El siguiente paso lógico era hacer un aparato más accesible, cosa que hizo unos años después, en 1902, la empresa "Hamilton Beach." Empezaron a fabricarse diferentes modelos que se anunciaban con toda naturalidad en la prensa, ya que seguían considerandose aparatos para la salud, y como decía la publicidad de la época, las mujeres tenían derecho a tener una vida relajada y sin ansiedad. La llegada de la electricidad a los hogares facilitó el acceso a los vibradores, de hecho en muchos había uno antes de tener un aspirador o una plancha eléctrica. Y como no había penetración, y la estimulación del clítoris era una prescripción médica para mejorar la salud, no se veía más que como un aparato masajeante anti estrés.

Pero claro, algo así, que proporcionaba tanto gusto, no se podía mantener mucho tiempo en secreto... Además el vibrador empezó a aparecer en las primeras películas porno, sin ninguna utilidad médica que sepamos. La Asociación Americana de Psiquiatría declaró en 1952, que la histeria no era una enfermedad. Todo esto contribuyó a que desapareciera toda la inocencia que tenía hasta ese momento el vibrador y le dió la consideración de juguete sexual que tiene desde entonces. 

 


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